domingo, 23 de junio de 2013

BANCOS DE LIBROS: LA CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN, TARDE Y MAL

Hace algunos días se publico esta entrada y como queremos resaltarla, la volvemos a publicar.

Ahora la Consejería de Educación tiene mucho interés en que en los Centros educativos se reutilicen los libros de texto de un curso para otro, creándose bancos de libros en los cuales las familias entreguen los que han utilizado un curso y recojan los que van a utilizar al siguiente. Interés relacionado con la drástica disminución de las ayudas que da a las familias para la compra de libros. Pero lo hace tan mal, que será difícil que los Centros organicen bancos de libros de texto a partir de las directrices de la Administración. Veamos:
- El 14 de septiembre pasado, con el curso empezado y los libros comprados por la inmensa mayoría de las familias, se publicó en el Bocyl la norma de aprobación del Plan "Releo", para que los centros organizaran bancos de libros. Naturalmente, casi nadie lo hizo, apenas tenía objeto ya.
- Ahora, el 14 de junio, a una semana de terminar el curso, con el profesorado y las Direcciones de los Centros sumergidos en evaluaciones, documentaciones de fin de curso y toda clase de tareas, publica la Consejería una norma en la que se avisa de que en próximas convocatorias de ayudas para libros se tendrá como criterio el que las familias hayan entregado libros para su reutilización, y recomendando que los Centros creen bancos de libros y animen a las familias a participar en ellos. ¡El 14 de junio! Y eso, dentro de una norma con infinidad de apartados que los Centros tienen que tener en cuenta para las actuaciones de fin de curso. Naturalmente, casi ningún Centro que no tuviera ya previsto el banco de libros lo ha organizado a partir de esta norma, y muchos ni siquiera han informado a las familias, como era su deber, de ese nuevo criterio para la concesión de ayudas.
- Para remate, el 19 de junio se publica una nueva norma para la extensión del Plan Releo, estableciendo directrices y criterios para la organización de los bancos de libros. A dos días de finalizar el curso, y sin casi posibilidad ya de comunicar nada a las familias por parte del Centro. Y si los Centros quieren participar en ese Plan Releo, tiene que aprobarlo el Consejo Escolar. ¿Cuándo se va a hacer esta aprobación? ¿En la última sesión del curso, que se celebra después de terminar las clases? ¿Y cómo se organiza el banco entonces?
Resulta inconcebible que se hagan así las cosas, sabiendo perfectamente la Consejería, como sabe desde principio de curso, que iba a querer impulsar los bancos de libros. La chapuza es de cuidado. Y junto a ella, está el rechazo que a esta Federación le produce el Plan Releo, que se basa en la donación a los Centros, por parte de las familias, de los libros que ellas ya tienen porque los han comprado; así la Administración constituye los bancos con los libros de las familias, eludiendo su deber de constituirlos ella, como debería, destinando los fondos necesarios para la adquisición de los libros y después, como propietaria, prestándolos a las familias con compromiso de devolución para su reutilización.
Por todo esto pensamos que los únicos bancos de libros que funcionarán serán los que ya se tenían organizados en los Centros con anterioridad, mayoritariamente por parte de las Ampas y al margen del dichoso Plan Releo, basados en la solidaridad y el trabajo voluntario y desinteresado de las familias del Ampa, y en algunos casos con la implicación del Centro. Porque si había que esperar que la Administración moviese ficha, apañados estábamos.

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